AMOR INCONDICIONAL: OTRO DESEQUILIBRIO

En el mercado de la espiritualidad y la consciencia se habla mucho del amor incondicional.  Incluso, se dice que es la ley máxima del universo, el objetivo más elevado a alcanzar, una vez derribadas las barreras egóicas.

¿Te duele mucho si te digo que esto es otra psicosis espiritual más? Y muy gorda.

Aquí hay dos cosas que aclarar para tener una visión más coherente sobre el amor.

1. El amor entre dos personas: El amor sano siempre es condicional.

Hablemos de la pareja por ejemplo.

Literalmente, amor incondicional significa amar a pesar de todo, es decir, a pesar de que no seas correspondido, a pesar de que te peguen, a pesar de que te menosprecien, a pesar de la dejadez, a pesar la falta de pasión y cariño etc. 

Cuando ese amor sobrevive a pesar de demasiadas cosas, se vuelve psicótico, porque no es puro, profundo y natural, sino forzado por el ideal de amor.

Entonces nos sentimos inseguras y nos cuestionamos: ¿Qué estoy haciendo mal?¿cómo puedo querer más a esa persona? Quizás sea cosa tuya, o quizás no…

El amor de pareja, si se quiere mantener verdadero y puro, es extremadamente condicional. Por eso es tan difícil hacer que dure en el tiempo, porque requiere que las dos personas se estén destruyendo constantemente para caer en la vulnerabilidad del corazón.

Cuando una de las dos personas se protege porque tiene miedo, o elige darle mucha fuerza a su propio raciocinio mental, entonces el vinculo de amor verdadero se debilita.

Aquí podéis ver un video explicativo donde describimos cómo funciona en la pareja. Y si quieres profundizar, aquí te contamos cómo funciona nuestro programa de Parejas,

2. El amor sin objeto: la experiencia mística.

Seguramente todos hayáis experimentado alguna vez en vuestra vida otro tipo de amor, un sentimiento puro, ultra-presente, de apertura de corazón, que no está especialmente vinculado a ninguna persona, sino que emanaba desde vosotros como el sol, hacia todas las direcciones.

Ese sentimiento es el que se suele tener cuando hacemos un trabajo destructivo de creencias profundo, como el Yopo, o el masaje de Cachemira por ejemplo.

Ese sentimiento viene simplemente del reconocimiento de nuestra verdadera esencia divina, compuesta de consciencia y vibración. En ese momento estamos en el cuerpo, estamos más cerca del mundo energético del presente que de nuestras proyecciones mentales temporales.

Pero creedme, incluso cuando estamos en ese estado de máxima presencia, si amenazan a nuestro bebé por la calle, nos transformaríamos en asesinos en un microsegundo. 

Y así debe de ser.

Esa energía de la experiencia mística, más que amor incondicional, es simplemente amor sin objeto, energía amorosa.

“Amor incondicional” es un totalitarismo conceptual, un ideal absoluto que no sirve para nada, salvo para alimentar tu ego espiritual.

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