EL HETERO-PATRIARCADO POR UN HOMBRE (Y UN POQUITO DE TANTRA)

En una entrevista con Daniel Odier (máximo representante del tantrismo de cachemira en occidente), cuando estaba tratando el tema del despertar de la consciencia y qué significa estar iluminado, recibió la siguiente pregunta:

Entonces, ¿Qué defecto tenía Siddharta Gautama, el Buda? 

Y Daniel respondió: era machista.

Nosotros nos dedicamos a ayudar a las personas en su proceso de despertar, pero no olvidemos que es más fácil iluminarse que salir del heteropatriarcado.

Escribo este artículo desde la mas profunda humildad y consciente de que siendo hombre cis-hetero, nado en inercias machistas 24/7, y al escribirlo me dirijo principalmente a otros hombres cis-hetero, ya que nuestro condicionamiento es más profundo, y, por lo tanto, mas invisible y peligroso.

Entonces, ¿Qué es el heteropatriarcado? El Heteropatriarcado es un sistema de pensamiento instaurado en todas las personas, en algunas más que en otras, que dota de privilegios a una parte de la humanidad frente a otra, basada en el género.

Lleva miles de años sucediendo y está muy integrado con la sociedad y nuestra personalidad. 

Vamos a intentar ver al elefante desde diferentes ángulos a ver si lo reconocemos mejor.

Seguramente os habéis fijado que las mujeres son mas sensibles/“emocionales” que los hombres, bien, pues la principal razón es el heteropatriarcado, una energía que habita nuestro cuerpo que nos capa el contacto directo con las emociones (especialmente con las “malas”). 

Al vivir en el privilegio nos hemos acostumbrado a tener una vida emocional medianamente positiva, medianamente estable. Pero fría…

Nuestro corazón se ha cerrado por falta de humanidad.

El heteropatriarcado rige el deporte, la economía, la política…, y crea todas las desigualdades de género con respecto a salario, ocupación de puestos de poder, visibilidad, oportunidades, tiempo libre y un largo etcétera.

Es lo que hace que las energías de la lógica se pongan por encima de la sensibilidad emocional y el cuidado.

Es un sistema de pensamiento que se manifiesta por todas partes con pequeños gestos y llega a violencia extrema en determinados casos, creando largas cadenas de sufrimiento y dolor.

El heteropatriarcado está en mujeres y hombres, y es una sobredimensión de la identidad personal, lo que llamamos en tantra: mente ahankara, o ego.

Si queréis salir de comportamientos patriarcales, en primer lugar, estudiad sobre feminismo, las mujeres no tienen por qué educarnos. Por otro lado, la práctica de una vía espiritual femenina, como el tantra, nos puede ayudar a hacer lo más difícil, sentir el dolor de las mujeres como nuestro de modo que sea una potente motivación a renunciar a los privilegios patriarcales.

El heteropatriarcado es un lastre espiritual para la humanidad, en el caso de los hombres, porque nos roba la conexión con la vulnerabilidad, que es la puerta a la consciencia, y en el caso de las mujeres, porque sufren la violencia resultante de esa falta de sensibilidad.

La base de la práctica tántrica es tener un cuerpo fluido y sensible y estar presente. Esto ayuda a ser consciente de la realidad de nuestro comportamiento y las reacciones emocionales que provocamos. Practicando esto con constancia, poco a poco el ego va cayendo.

Y no será fácil, dolerá. Porque toca bajar del podium, pero esa bajada es la caída del ser individual, la disolución del ego, la apertura del corazón, y la llave de la felicidad.

Dicho esto, he de decir ser tantrika es un paso más allá del feminismo. El feminismo lucha por la igualdad de géneros. El Tantra de Cachemira reconoce que la mujer está más dotada naturalmente para la experiencia mística y, por lo tanto, es superior en capacidades que el hombre. 

La mujer por naturaleza, tiene un acceso más directo a la intuición, la sabiduría de la consciencia, la fluidez emocional, la creatividad… y si no se plasma en la sociedad es porque utilizamos la fuerza bruta para impedirlo.

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