NO TODAS LAS MOTIVACIONES PARA PRACTICAR SON BUENAS

• Creer que estás roto y lleno de defectos y practicar para convertirte en una mejor versión de ti mismo. Este tipo de motivación de desalinea con la vía tántrica, que parte de que no hay nada que mejorar en nosotros, puesto que nacimos perfectos e inmaculados y en ningún momento dejamos de serlo. Esa visión distorsionada, pronto te lleva por un camino interminable de auto mejora que te aleja cada vez más de la verdad de tu corazón.

• Practicar para sentirse bien o alcanzar estados de consciencia elevados. No tenemos nada contra el bienestar, por supuesto, pero para que la práctica funcione debemos apuntar hacia la verdad, no hacia un estado de bienestar o de colocón, que va a provocar que, consciente o inconscientemente, evitemos el contacto con la tristeza, la ira o el dolor y es imposible estar despierto sin tomar consciencia de nuestro ser completo. El tantra no es una vía para apartarnos de lo mundano en pos de experiencias transcendentes sino que busca experimentar una verdad: todo es sagrado, hasta lo más ordinario. Las personas que están en este paradigma motivacional tienen una fascinación tremenda por los estados libres de apego y persiguen alejarse lo lo mundano y ser, en cierto modo, seres extraordinarios.

• Practicar para hacer amigos y ganar reconocimiento y admiración. Este punto recoge un poco los dos anteriores, queremos ser mejores personas y seres superiores a los que la experiencia mundana no puede alcanzar para ganar poder sobre otras personas, manipular y ser influyentes. Ahí ya hemos fracasado completamente, nuestro ego se ha adueñado de todo.