LLORAR HACIA EL PRESENTE

¿Estás estresado? ¿No paras de hacer cosas en tu día a día?

Párate.

Esa agitación, esa inquietud, ese nerviosismo ocurre cuando estás saturado de muchos pensamientos y emociones.

Pensamientos sobre el trabajo, sobre tu pareja, una emoción de pena sobre tu madre, esa amiga tuya que está sufriendo, pensamientos sobre si habrás tomado la decisión adecuada en ese tema tan importante para ti, frustración en el sexo…
Todo eso se acumula en tu cuerpo y provoca esa sensación de insatisfacción. El “no sé que me pasa” pero no encuentro plenitud, no encuentro paz y no me siento conectado con las personas.
Entonces te repito, como amigo. Párate. Ponlo como una prioridad.
Reserva dos días para hacer nada. Necesitas espacio.
Y te voy a decir lo que vas a encontrar en ese espacio. En ese espacio vas a encontrar tristeza. Vas a encontrar pena.
Una pena por haberte desconectado de tí mismo, una pena por no sentirte, por haber perdido el sentimiento expansivo del corazón en el presente.
Y esa pena es la puerta de vuelta a casa. Ese duelo del alma por haberse perdido es la llave para darte cuenta de lo delicada que es la presencia. Y si eres lo suficientemente valiente como para atravesarlo, entonces encontrarás la vuelta a la humildad, a la vulnerabilidad, a la compasión y a la plenitud.
Y tu corazón se volverá a abrir y volverás a sentirte a ti y al resto de seres queridos.
Y entonces te prometerás no volver a ese sitio frío y oscuro, a ese lugar frenético donde todo parece una amenaza y no haces nada más que solucionar cosas y más cosas bajo la esperanza de que algún día todas las cosas que hay que solucionar ya estén de una vez solucionadas

Pero volverás a ese sitio.
Y eso no es importante.
Lo importante es que entiendas el camino de vuelta a casa.
Y el camino a casa es renunciar a tus certezas y protecciones, es romper al ser artificial construido para lidiar con tus problemas del día a día sin desmontarte.
Es volver a dentro, al silencio. Es llorar por la realización del daño que te has estado haciendo.
Y eso te traerá de vuelta aquí. Y aquí podrás descansar.
En el conocimiento de que no está pasando nada, en el saber de que pase lo que pase, tú estás bien.
Y le das un respiro a tu alma, la cargas de energía.
En nuestros retiros no solo conseguiréis daros un respiro, sino limpiar todas las emociones y pensamientos que no os dais cuenta que tenéis, y que lleváis soportándolos durante años.
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Si lleváis ya un tiempo siguiéndonos, todavía quedan plazas para al último retiro del 2019, el 13 de Diciembre.

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¡Feliz semana!​​

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