Para este ejercicio necesitamos un espejo aunque también nos sirve un selfie hecho con nuestro teléfono móvil.
Sea con el espejo o con la cámara selfie, nos remitimos a los tres dibujos de la imagen que acompaña este texto.
Comenzamos con el de la izquierda donde debajo está escrito a. visión en tercera persona (visión desde fuera).
Lo que nos indica es que si aparece una persona, ya sea un amigo o un familiar, y nos ve mirándonos en el espejo en el selfie, ese es el significado de ese dibujo.
Podríamos llamarla la visión social o familiar, la visión de un otro a cierta distancia de nosotros.
Ahora pasamos al dibujo del medio donde debajo dice b. visión en segunda persona (reflejo en el espejo) o nuestro rostro a un metro de distancia aproximadamente, en la foto del selfie.
Nos indica que vemos nuestro rostro ahí fuera de forma más personal puesto que nos reconocemos en ese rostro del mismo modo que nos conocen y nos reconocen los demás al nivel social.
En el tercer dibujo vemos un círculo hecho de líneas discontinuas. Ya no es algo que tengamos que ver a una cierta distancia, como nuestro rostro en el selfie o en el espejo, sino que es desde donde estamos observando, desde donde estamos viendo, por eso, debajo está escrito c. visión en Primera Persona (Rostro Original).
El círculo con líneas discontinuas representa la Consciencia. Está apuntando, dirigiendo la flecha de nuestra atención de vuelta a su Fuente, la Consciencia, este espacio abierto, vacío y disponible para todo aquello que aparezca en Él.
El significado de las líneas discontinuas es que se trata de una Consciencia infinita e ilimitada.
Es esta misma Consciencia que es consciente de estas palabras, que está escuchando los sonidos presentes. La misma Consciencia donde aparece tu cuerpo y las sensaciones que se mueven en él.
Donde aparecen los pensamientos y sentimientos, la misma Presencia consciente donde surge el mundo con toda su riqueza de sensaciones y percepciones.
Lo llaman Rostro Original en el Zen porque se trata de tu verdadero Rostro, el que tenías antes de que nacieras, antes de que tus padres te engendraran.
Este ejercicio tienes que realizarlo tal y como se indica, siguiendo estos tres sencillos pasos que te llevarán desde el primer dibujo, la visión de los demás o social, la visión de tu rostro como a un metro de distancia o visión personal, hasta la visión en Primera Persona, la visión de la Consciencia.
No vale imaginarse los pasos o tan solo leerlos. Tienes que hacerlos con un espejo o un selfie tal y como se indican para que surta su efecto tal y como lo hizo en mí.
Todo esto se tiene que basar en tu propia experiencia, de primera mano y no porque yo u otro te lo diga.
Si todavía albergas alguna duda, si todavía piensas o crees que la Consciencia depende del cerebro o está situada en algún punto de tu cabeza o que eres tus pensamientos, solo sugerirte que pongas todo eso a un lado y te abras a la posibilidad de que la Consciencia no es local, no está localizada en ningún lugar de nuestro cuerpo, no es personal pues ninguna persona ni ningún grupo o ideología la posee en exclusiva.
Solo tu experiencia es la forma de saber si algo es real o no lo es. No la experiencia de algún otro o la que hayas leído en un libro o visto en un vídeo. Tampoco no creas nada de lo que te digo hasta que no hayas hecho el ejercicio por ti mismo.
En los siguientes textos pondremos a prueba con nuestra experiencia que hay o no de cierto sobre que la Consciencia sea personal o no, sea limitada o finita, dependa de una mente o del cuerpo, haya nacido y por lo tanto pueda morir y hasta que punto puede ser dañada o socavada de algún modo.
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