LA SOLEDAD DE LA CONSCIENCIA

Esta semana estoy escuchando a muchas personas hablar de que su vida se está desmoronando cuando comienzan a profundizar de verdad en la práctica, y este artículo lo escribo para explicar que es lo que está pasando y dar un poco de confort en el proceso.

A menudo organizamos nuestra vida en base a nuestros propios condicionamientos y proyecciones: amistades, trabajo, hobbies…

Con la práctica shivaita esos condicionamientos empiezan a caer y comenzamos a sentir la paz y la expansión de la consciencia, propias de un cuerpo relajado. O lo que es lo mismo, empezamos a ser nosotros mismos.

Este proceso destructivo conlleva un duelo, un duelo por toda la energía invertida en la construcción de una vida que no era la que queríamos realmente. Un duelo por dejar ir un montón de relaciones y hábitos.

Y nos encontramos en el vacío. Un vacío exquisito, solo alcanzable por muy pocas personas.

Si estás en esa situación, te digo que ese vacío es el que te va a conducir a otras personas que conozcan el vacío, ese vacío te va a conducir a crear algo a lo que te dedicarías sin cobrar.

La muerte de la auto-motivación. El nacimiento de lo natural.

La inmensa mayoría de personas que estáis leyendo este artículo estáis cegadas por el velo del pensamiento dualista, pero si has logrado estabilizar en ti ese espacio, y tienes una sensación de decepción con el mundo, una sensación de soledad, tengo que decirte que no estás sola, y que es parte del proceso.

Que las personas sensibles, coherentes, que no te utilizan para vomitar la estructura mental misma que les hace daño, existen, y solo tienes que tener paciencia y seguir en el cuerpo, alejada de “la mayoría”, de “lo normal”, de la mente.

Es un trabajo solitario, es un trabajo para héroes salir del “rebaño alelado”, como diría Abhinavagupta, pero es el único camino que se puede recorrer si quieres trabajar en pro de la vida y ayudar a erradicar las energías mentales que forman la cadena de sufrimiento.

Y para eso hemos creado el Grupo de Prácticas, para recoger a estas personas y abrazarlas y continuar el camino a la realización con una comunidad cuya prioridad ya no es agradar a los demás, o cumplir sus metas personales, sino sentir la dirección de la consciencia a cada momento, mas profunda, mas intensa, y actuar desde ese espacio.