Familia...
Me he quedado pensando en la pregunta que me hizo Honorio. En el Tantra y en que ha representado para mí.
Y os paso lo que me surge....Mi testimonio❤

Crecí con un mantra en mi  interior...la prisa, la acción. 

Pensaba una y otra vez que lo que yo hacía, tendría el poder de cambiar la realidad. Mi mente , exigente, se erigía falsamente poderosa y controladora.

Fui reprimiendo emociones, ejecutando acciones, eligiendo patrones y....alejándome cada vez más, de lo que en realidad estaba necesitando auténticamente a cada instante.

Mis ideas, me acercaron a muchas formaciones . Me etiquetaban y daban estructura a absolutamente todo, lo que podía imaginar.

Llegué a creer que cualquier cosa tenia una explicación a medida; las enfermedades, los acontecimientos, mis emociones, las relaciones.

Intentaba llegar a algo. Ser alguien que no creía ser...

Un día, una situación familiar imprevista, me desmontó en pedacitos.

Las explicaciones empezaron a tambalear. Las teorías, a ser dud...

Durante toda mi vida me he centrado en el sufrimiento en casi todos los aspectos de mi vida. Me importaba mucho la opinión de los otros, agradar caer bien y que me aceptaran. Por eso desde niña he jugado a chantajes emocionales para conseguir que me quisieran.

Lo estoy escribiendo y a la vez que me emociono me doy asco de cómo actuaba.
Y era todo un bucle. Relaciones desastrosas y desiguales, algunas amistades tóxicas, sensación de que no soy nunca lo suficientemente buena y que por eso he de esforzarme en que todos me quieran.

¿Y a costa de qué? De mi salud en general.

Probé de todo , quiromasaje, medicina china, Reiki, registros Akashicos, yoga, danza oriental, etc.
Y en ese momento me aliviaba pero luego todo volvía a la mente. Porque vivía en la mente.

Hasta que os descubrí.

Y me daba tanto miedo como curiosidad, pero hasta hoy no paro de dar gracias por habernos conocido y también a los compis del Grupo de Prácticas.

Caí en la consciencia y dije joder, pero cuánta mierda hay a...

Cuando el sentimiento de consciencia (antes de la forma) se alinea con tu experiencia (después de la forma), el corazón se abre, la respiración se alinea, y el estado se estabiliza.

Tendrás una mejor idea de qué es una experiencia de despertar, y cómo puedes alcanzarla.

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El camino al despertar no es siempre fácil, es una lucha donde la mente se re-inventa y acapara la experiencia, y nuestro ser va ganando la sabiduría necesaria para abrirse camino frente a ella. En ese camino, a veces, la consciencia nos da regalos, qué nos alientan para seguir en el camino. En los próximos 2 videos que voy a colgar, entre hoy y mañana, os lo cuento.

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El shibari es una técnica de atado Japonesa que se utiliza en el juego sexual, en este cachito de conferencia Zor y Margot nos explican su experiencia como instructores de Shibari, y los puntos en común con la filosofía Tantrika.

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Voy a escribir el articulo mas difícil que puedo escribir, el que habla de mí mismo y mi trayectoria en el camino espiritual.

Y lo hago para que me conozcáis mas y para que tengáis un ejemplo del precio que hay que pagar para obtener ciertos estados energéticos.

Digamos que en mi caso, mi vida tiene un punto de inflexión radical, después de una experiencia que tuve en Oslo, el 22 de Agosto del 2015, en un seminario al que asistí.

Antes de ese seminario fui muchas personas.

He vivido hasta los 21 años en Torrejon De Ardoz, un pueblo de la periferia de Madrid.

Cuando era pequeño (hasta los 14 años) era un niño tímido, vulnerable y muy noble, pero pronto no tuve mas remedio que cambiar todo eso para adaptarme a la realidad social de mi barrio.

Tuve que construir coraza tras coraza para protegerme del ambiente despiadado de la calle de Torrejon y ganar aceptación social. Esta transformación me llevó a robar por la calle, consumir todo tipo de drogas y meterme en peleas semanalmente....

Es viernes 10 de mayo. Son las 11.00 de la mañana.

Yo y mi amiga Emma Claire Davis entramos en el cetro de integración social de la cárcel del Alcalá Meco.

Estoy nervioso, no sé lo que me voy a encontrar ni cómo va a ser la respuesta de los presidiarios que van a atender a la charla.

La psicóloga encargada me acompaña hasta la sala, donde ya había mas de 20 personas esperando.

Me encuentro en el tercer grado de la prisión, donde las personas cumplen sus últimos meses de condena. Hay todo tipo de delitos, desde hurto a asesinato.

Me siento en la silla. Les miro, no digo nada.

Están expectantes, no están acostumbrados al silencio, se miran entre ellos.

Yo suelto en control, me relajo, tengo claro que lo único que puedo hacer por ellos es canalizar la verdad del presente y esperar a que alguien vea algo. La primera palabra que sale de mi boca es:

“Sabéis, es un accidente que vosotros estéis ahí y que yo esté aquí, aquí nadie es culpable de nada”

La psicóloga me mira extrañada.

“...

                                    Estoy enamorado. No necesito nada mas.

Os voy a contar una historia personal. Nuestra historia. 

Mar y yo nos conocimos en la primavera del 2016.

Yo en ese entonces estaba trabajando para SAP, a punto de irme a California a una formación, y Mar se estaba separando del padre de su hija pequeña.

Nos conocimos en el Dojo (lugar donde se practican artes marciales) de un maestro Zen, conocido como Miguel Mochales. 

Desde ese momento ha llovido mucho, estuvimos en varias relaciones con diferentes personas pero nunca perdimos el contacto entre nosotros.

Todo comenzó a cambiar un poco mas tarde, cuando comenzó mi trabajo con el Yopo. Organicé varias ceremonias con Axel Rudin, a las que vino Mar, y pronto comenzamos a probar la planta por nuestra cuenta. 

Cada Yopeada nos bajaba una cortina de pensamiento dualista, nos desnudaba más y más.

En ese lapso de tiempo, desde que comenzamos a vernos m...

Mar Delgado Caro. Julio 2019

Cuando decidí acercarme al Tantra por primera vez, yo pensaba que había aspectos de mi sexualidad que debía sanar. En aquel momento, sabía poco o nada de la espiritualidad, pero ya tenía un par de ideas preconcebidas sobre esta vía, extraídas de la cultura colectiva. Entré a un herbolario, abrí una revista que se llamaba Verdemente y, como una maravillosa casualidad, vi un recuadro que anunciaba “Espacio Tántrico”. Llamé y concerté una cita con el que fue mi maestro de tantra shivaíta durante más de un año.

La verdad es que no sané mi sexualidad, aprendí que no había nada que sanar. En una sesión de dos horas, mis supuestas pulsiones enfermizas empezaron a parecerme simplemente “gustos pocos comunes”, al poder contemplarlo desde otro ángulo. Me di cuenta que las cosas no tienen un significado, el significado se lo damos nosotros. Salí liberada, descargada de peso, los colores eran más brillantes, los olores más nítidos, sentía mi cuerpo recorrido p...